lunes, 13 de octubre de 2008



Para nuestra actividad pastoral, elegimos Kitengela, a unos 30 kms de Nairobi, por ser una zona con poca atención religiosa y muy escasa asistencia sanitaria, habitada por familias jóvenes de tribus diversas que llegan en busca de trabajo

Comenzamos a visitarles semanalmente para aprender su cultura y conocer mejor sus necesidades. Más tarde adquirimos un terreno donde establecimos el centro de nuestra actividad, si bien, la labor se extiende a una amplia zona.

Promocion Integral Kitengela

El proyecto está en la conocida zona Masai, tribu que se distingue por su vida pastoril. El concepto de propiedad privada se refiere al ganado; la tierra es propiedad de todos. Son nómadas, aunque gradualmente se van insertando en los núcleos urbanos. La educación de los jóvenes, las aspiraciones profesionales y el aprecio por la vida sedentaria y de desarrollo van ganando terreno, aunque muy lentamente.

La tierra del pueblo Masai ocupa la parte suroeste del país. Es terreno de sabana que, debido a la escasez d lluvias, apenas produce pasto suficiente para los rebaños domésticos y la rica fauna salvaje que lo comparte. De ahí que el pueblo Masai sea trashumante.

Algunos jóvenes varones ya asisten a clases en escuelas de primaria, y parte de ellos incluso de secundari1 Solo el 5% de las mujeres saben leer, todas menores de 30 años. Por su estilo de vida son muchos los niños que no asisten a ningún colegio.



La zona cubierta por nuestra misión cuenta con 12.000 habitantes. Tiene relativamente cubiertas las necesidades d educación pero es muy precaria la atención sanitaria. Las condiciones de vida de la gente son el primer problema sanitario. Viven en casas de hierro galvanizado o en chozas de barro. La escasez de agua es casi total. La población hace hondonadas en el terreno donde recogen 1 escasa lluvia, que les sirve para dar de beber a los animales. Su alimento y medio deshidratación mas corriente es la leche de los rebaños y la sangre que de ellos extra en con punciones, para completar su alimentación.

Teniendo en cuenta la situación nos centramos en la sanidad y la educación como servicios indispensables en la misión. Nos proponemos, además de atender el centro urbano, hacer recorridos semanales por la sabana, para atender a la población Masai dispersa. Cuidamos de manera especial la sanidad preventiva. Siempre nuestra labor incluye de forma relevante la catequesis.

Nos centramos en el dispensario como necesidad más urgente. Además de la atención a enfermedades propias de cualquier otra zona, la nuestra está afectada por el paludismo y, sobre todo por el SIDA. Kenia es uno de los países con más alto índice de Sida. El estado no ofrece ningún servicio sanitario gratis, y el pueblo no tiene posibilidades para costeárselo.

Para financiar el dispensario se cobra por los servicios y medicinas un precio razonable y de acuerdo a los salarios de Kenia. Los pequeños beneficios que se consiguen cubren los gastos de los que no puedan pagar. También contamos con la solidaridad de las Carmelitas Misioneras de España que, además de la colaboración financiera, se preocupan por recoger y enviar las donaciones de dinero y medicamentos que llegan de diversas personas, entidades y ONGs.

En el campo educativo, damos prioridad al parvulario para atender a los niños de las familias jóvenes del centro industrial, facilitando el trabajo de sus padres. También al colegio de primaria que, aun sin edificio adecuado, ya ha comenzado a funcionar Las hermanas se encargan de ambos colegios, aunque el de primaria estará directamente bajo la responsabilidad de los Misioneros de la sociedad de Misiones Africanas.




En medio de toda la actividad socio-cultural no descuidamos la iniciación a la vida cristiana, fuente de fraternidad, justicia y dignidad.

Otra preocupación en la que estamos empeñadas y que deseamos impulsar es el proyecto de promoción de la mujer ya comenzado por el párroco. Este proyecto ya tiene su edificio casi totalmente terminado con ayuda de Irlanda. La programación y el trabajo han sido muy bien acogidos por las autoridades civiles, las religiosas, y sobre todo por el pueblo.



Las condiciones de este barrio, llamado “New building”, son de hacinamiento: casas construidas con madera y chapas de hojalata, escasez de agua, sin red de saneamiento y un tendido eléctrico que es un enjambre de cables con conexiones muy poco seguras. Todo ello genera enfermedades de todo tipoy frecuentes incendios que dejan a las familias sin nada.


Centro Educativo Parroquial "Virgen del carmen" Malabo


Cuando las Carmelitas Misioneras, a petición del Sr. Obispo de la Diócesis, nos hicimos cargo de la dirección del colegio, que estaba en muy malas condiciones, el primer trabajo fue gestionar y buscar ayudas para financiar la obra de demolición y reconstrucción del centro.

Al inicio del curso 2001-2002 con ayudas de empresas petroleras instaladas en Malabo y bienhechores España, se pudo comenzar la construcción del nuevo colegio con capacidad para unos cuatrocientos alumnos, y disponer del mobiliario y material necesarios para ponerlo en marcha.

Las necesidades más urgentes de los alumnos y centro son: Salud y Educación.

SALUD: En este rincón de Guinea Ecuatorial, por las condiciones de vida mencionadas, son frecuentes algún enfermedades como paludismo, diarreas, tifoidea, bronquitis, desnutrición, amebas etc., especialmente en niños, que con frecuencia no pueden asistir a la e; cuela. La Seguridad Social es privilegio de unos p cos; por eso, cuando los niños están enfermos, la mayoría de las familias no pueden acudir al médico por falta de dinero para pagar las consultas y los medicamentos. Después de la experiencia de estos dos años E el colegio, queremos con las ayudas que recibimos, ofrecer a las familias de nuestros alumnos la posibilidad de ser atendidos por un médico y poder comprar las medicinas que les receten.

La desnutrición es un grave problema de salud que afecta a la escuela. La mayoría de los niños llegan al colegio con el estómago vacío, por lo que acusan, ya desde las primeras horas de la mañana, cansancio, sueño e incapacidad para la atención. Para cubrir esta necesidad, desde el inicio de este curso, se les esta proporcionando a los cuatrocientos alumnos un sencillo desayuno.



EDUCACIÓN: La mayoría de las familias que viven en este barrio, apenas tienen ingresos suficientes para pagar las cuotas mínimas anuales y los materiales que se les pide para colaborar con los innumerables gastos del profesorado, mantenimiento del colegio y otras necesidades pedagógicas. Ante esta situación, se han creado becas de estudio para poder proporcionar a todos los alumnos una educación lo más cualificada posible, y cubrir así las necesidades de educación.

Este Proyecto de solidaridad que ofrece posibilidades a los alumnos también está generando en ellos valores de gratitud, reconocimiento, relaciones personales y oración por todas las personas que están colaborando en su crecimiento y formación, para poder ser agentes de su propio desarrollo.


“Centro de Salud: “N.D. du Canner” Sakassou

En mayo del año 2002, con la ayuda de la ONO espada ANESVAD, las Carmelitas Misioneras, abrimos el centro de salud “N.D, du Carmel”, en Sakassou, para acoger a los enfermos del hospital y a los que eran atendidos en los poblados. Muchos, en régimen de hospitalización, generalmente la-ga y gratuita, lo que genera problemas de escolarización y de economía familiar.

Desde el primer momento y, gracias a la colaboración de un médico del hospital se trabajó en la prevención secundaria de la enfermedad. La plena cicatrización de las úlceras requiere técnicas de injerto en las que nosotras no éramos expertas. La hermana médico de la leprosería de La Dibamba (Camerún), experta en cura de úlceras, nos enseñó a realizar dicha técnica.

Cuando todo estaba funcionando muy bien, en septiembre del 2002, estalla la guerra. Sakassou queda en zona ocupada. Las Carmelitas Misioneras, nos vimos obligadas a abandonar Sakassou y a enviar los enfermos a sus casas. Atrás quedaba todo lo que con tanta ilusión y esfuerzo se había realizado. Es verdad que pronto pudimos volver a la Misión, pero la situación bélica no nos permitió volver al centro de salud. Los enfermos, eran atendidos en la Misión Católica. El hospital y los dispensarios de los poblados permanecían cerrados.


En este momento, y a pesar de la complejidad política, ya estamos trabajando en el centro de salud “N.D. du Carmel”. Pero, después de varios meses de guerra, la vida sigue siendo difícil y conflictiva. El personal sanitario, que se desplazó a zonas más tranquilas, se resiste a volver... el miedo les puede. En la Misión Católica, seguimos en la brecha, respaldados por la ayuda y colaboración de tanta gente que hace suyas las Palabras de Jesús: “Lo que hacéis a uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hacéis” (Mt 25,40).

El problema de la escolarización de los niños enfermos, se resolvió de acuerdo con la Dirección de b Escuela Católica. Un joven profesor, antiguo enfermo de la Ulcera de Buruli, se responsabiliza diariamente de darles la formación adecuada para continuar sus estudios.

De difícil solución es el problema de la economía familiar. El Centro acoge y proporciona gratuitamente tratamiento médico y comida, pero los enfermos necesitan de una persona que se responsabilice de su atención persona]. Para ello alguien de la familia tiene que abandonar el trabajo del campo, indispensable para la supervivencia familiar.



Nuestra especial gratitud y oración a las ONGs. ANESVAD, PROKARDE, SED y a tantos amigos, familiares y bienhechores que, con vuestra ayuda económica, vuestro entusiasmo y hasta vuestra presencia entre nosotras, lucháis por un mundo más bello, más humano, más justo y más fraterno.